
Desde la ventana de sus recuerdos
ve pasar el tiempo inexorablemente:
niñez; juegos,
matrimonio; pasión,
hijos; desvelos,
nietos; ternura.
¡Todo pasa tan deprisa!
Grita desesperado.
¡Tiempo detente!
Para en la ventana de mis días.
¿No ves que espero a mis hijos?
Trabajan…
¡No me olvidan!
Tiempo no corras,
no me lleves tan de prisa.
Mis nietos a los que lleve al colegio
y más tarde recogía…
Colmándolos de cariño…
¡Me quieren!...
Me quieren mucho…
No les queda tiempo…
Trabajan, estudian.
La vida es competitiva.
Tiempo no corras,
no me lleves tan deprisa.
Detente ante mi ventana.
¡No ves que quiero verlos!...
Y vendrán…
¡Ellos vendrán cualquier día!
Dedicada a los ancianos que se encuentran solos