Viaje a Estambul
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Al llegar la primavera, cesan los fríos del invierno y los campos reverdecen cubriéndose de flores, y al percibir su mágico aroma, mi memoria dormida de recuerdos no olvidados, despierta como un cometa fugaz en noche estrellada, y comienza a evocar días felices de mi infancia, llevándome por senderos luminosos a mi tierra, un pueblo pequeño de la provincia de Badajoz, donde nací, con un valle inmenso rodeado de montañas, tan altas que en mi fantasía de niña me hacían ver que desde allí, se podría tocar el cielo.
Por estas fechas se llenan de fragancias y colores, los pájaros alegres y bulliciosos cantan reclamando en amores a las hembras, que se afanan en preparar un dulce hogar donde criar sus polluelos.
Algunos días, sus cumbres amanecen cubiertas por nubes algodonosas, formando caprichosas figuras, que en contraste del plateado de sus peñas y el verdor de los olivos que llenan sus laderas, te transportan a un mundo ideal, lleno de paz y tranquilidad.
Era un sedante para el espíritu inquieto de niña vivaz y soñadora.
Abajo en el valle, los inmensos trigales van granando, y poco a poco cambiarán su fresco verdor por el dorado luminoso, que se convertirá en primordial alimento.
Lo grabé tan bien en mi retina, que cuando quiero aislarme de este mundo agitado en el cual estamos inmersos, cierro los ojos y lo veo: Sus casas blancas nacaradas, con chimeneas humeantes en plegarias al cielo, festoneadas de filigranas sus empedradas calles, la fuente manantial del Navazo invitando al sediento, como pechos de nodriza inagotables, sus gentes alegres y sencillas y un sabroso olor a hogazas de pan tierno y a migas con torreznos y sobre todo, las lilas y azucenas de mi madre, sutiles, penetrantes...Inconfundibles en el tiempo.
Adelaida Hidalgo
jueves, 10 de septiembre de 2009
DAME TU LUZ
Soneto
Recorro cada día con mi pena
veredas y caminos solitarios
como marcho sin guía, son calvarios,
al no encontrar el norte, mi condena.
¿Podré quitarme ahora esta cadena
que tú y yo nos pusimos voluntarios
y salir de esos mundos temerarios
que de angustia y martirio tanto llena?
Me venciste, lo sé, he de aceptarlo,
mas quiero terminar hoy mi amargura,
pondré fin al desorden de mi vida.
El tiempo que me quede he de pasarlo,
en paz conmigo misma, y segura.
¡Señor dame tu luz, cura mi herida!
Adelaida Hidalgo
martes, 1 de septiembre de 2009
...y seguiré...
Un día no muy lejano, sentí la imperiosa necesidad de escribir y dar rienda suelta a mis sentimientos y con grata sorpresa comprobé, que me llenaba de satisfacción y de paz.
Algo dentro de mi, que no sabría explicar, pero sé, que no es la vanidad, me obliga a relacionarme con otros escritores, para leer lo que en ese momento me ha dictado el corazón, y a la vez, escuchar o leer a otros autores, siento un gran respeto por todos los que dejan que la pluma hable por ellos.
Mi vida está repleta de vivencias, unas alegres y otras tristes y con ellas he ido llenando folios vacíos, estampando en ellos y levantando actas de emociones y sentimientos que si no hubiese sido a través de la poesía y el relato, jamás hubiesen salido de mis labios.
Mil veces pensé dejarlos y mil veces rebrotaron con fuerza, llenos de amor, con pasión, con ternura.
Hoy, ya en la madurez de mi existencia, he descubierto que en el mundo de la poética me queda tanto por descubrir..., tanto que aprender...y por este camino intento que trascurra mi vida ...y seguiré llenando con mis versos páginas vacías.
Adelaida Hidalgo
Algo dentro de mi, que no sabría explicar, pero sé, que no es la vanidad, me obliga a relacionarme con otros escritores, para leer lo que en ese momento me ha dictado el corazón, y a la vez, escuchar o leer a otros autores, siento un gran respeto por todos los que dejan que la pluma hable por ellos.
Mi vida está repleta de vivencias, unas alegres y otras tristes y con ellas he ido llenando folios vacíos, estampando en ellos y levantando actas de emociones y sentimientos que si no hubiese sido a través de la poesía y el relato, jamás hubiesen salido de mis labios.
Mil veces pensé dejarlos y mil veces rebrotaron con fuerza, llenos de amor, con pasión, con ternura.
Hoy, ya en la madurez de mi existencia, he descubierto que en el mundo de la poética me queda tanto por descubrir..., tanto que aprender...y por este camino intento que trascurra mi vida ...y seguiré llenando con mis versos páginas vacías.
Adelaida Hidalgo
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