Soneto
Te marchaste un catorce de febrero
llevándote mi mundo en la mirada
y el velo de tu alma despiadada
rompió mi corazón limpio y sincero.
Lloré, lloré y lloré, ya nada espero,
flota en mi soledad la madrugada
y el rumor de la lluvia perfumada,
sopla en mi corazón sin un te quiero.
He pasado las horas meditando
recordando los días y la noche
que marchaste, dejándome tu magia.
Mi vida poco a poco fue cambiando,
hoy resuenan clarines sin reproche
y su música todo lo contagia.
Adelaida Hidalgo
Precioso tema y mejor soneto, ya sabes que soy una ferviente admiradora tuya. Muchos besos, Inés
ResponderEliminarBello poema!..te enlazo para seguirte nejor
ResponderEliminarcálido abrazo
Gracias amiga Inés por tus palabras que me animan a seguir.
ResponderEliminarDos besos.
Adelaida
Querido Paco, un placer tenerte de seguidor.
ResponderEliminarDos besos.
Adelaida